En La Garriga fuimos recibidos por el humor y ánimo del Sr. Santiago Cucurella, Director de la Fundación Universitaria Martì I`Humà. Dio la charla inaugural del encuentro, esperando que los estudiantes se sintieran acogidos por el lugar y en particular el adonde íbamos a desarrollar todas las actividades.
16:30 – 17:30 Socialización y presentación de becarios
Esta actividad se inició gracias a la dinámica expuesta por Neptalí Ramírez Reyes, Xitlali Martínez, Angélica Benavides y Paola González. Se repartió una hoja con imágenes de diferentes frutas a cada uno de los estudiantes, la idea era adjudicarnos el nombre de la fruta que venia ilustrada en papel. Después vimos que una fresa caminaba de aquí para allá como buscando su lugar de origen, una uva resistía ser convertida en cocktel de frutas. Afortunadamente todas las demás frutas se organizaron y animaron a conformar equipos de trabajo para empezar a discutir en la sesión titulada: ¿Quiénes somos, qué hacemos, dónde estamos?
(trabajo en grupo: ¿quiénes somos?)
Después de la sesión plenaria, en la que concordamos todos salir avante con nuestros respectivos programas de estudio, había un ambiente generalizado de que la beca IFP había despertado entusiasmo y expectativas para ayudar a construir mejoras en nuestros países. Los estudiantes proveníamos principalmente de México, Guatemala, Chile, Perú, Brasil y Mozambique. Bajo una lluvia y un frío que se veían amenazadores hicimos un viaje en grupo a través de algunas calles de La Garriga para conocer el paisaje del conjunto arquitectónico del siglo XIX, llamado el Modernismo. Hubo mucho entusiasmo y el “clic” de las cámaras fotográficas no se hicieron esperar.
Más tarde, se dispuso del tiempo necesario para ubicar nuestros lugares para pernoctar durante los días del encuentro. Un gran número de estudiantes se decidieron quedarse en “La Residencia”, lugar auspiciado por las monjas de la iglesia del mismo nombre, otro contigente de estudiantes fue llevado a casas de los lugareños de La Garriga. La hospitalidad de las familias que nos convidaron su hogar es ejemplar y estamos agradecidos por las atenciones.
Siendo puntuales con la agenda y los tiempos determinados empezamos a cenar en “La Residencia”. Fuimos servidos por las monjas de este espacio eclesiástico y degustamos la comida que estaba muy agradable para el paladar.
(Paseo por la Garriga)
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